Cuentos Completos, de Julio Cortázar (L.C. 2)
Tengo en mis manos los dos tomos de los Cuentos Completos de Julio Cortázar, pero no sé por dónde empezar. Hace mucho tiempo los leí, pero cada vez que necesito respira acudo a ellos, los abro al azar, y empiezo a buscar una respuesta a mis problemas, es como un vademécum que me irradia su energía y me ayuda a sobrevivir. La primera vez que me acerqué a Cortázar fue en una residencia y junto con aquella mujer desnuda leímos Relato con un fondo de agua. La excitación no pudo ser mayor, asombrado de que alguien escribiera como yo deseaba hacerlo. Siempre lo agradecí; a los dos. Cuando aparecieron los Cuentos Completos de Alfaguara creció en mí una obsesión por poseer aquellos cuentos que tantas alegrías me habían deparado, pero no fue fácil adquirirlos. Tuvo que pasar un buen tiempo hasta que por fin el milagro se presentó y entonces la biblioteca se llenó de orgullo al tener semejante joya (la forma en que los conseguí se remonta a los tiempos en que el peligro y el miedo eran mis