Experiencia lectora



No sé si mi experiencia como lector permita aconsejar un proceso útil de interpretación, pero lo cierto es que me encuentro con algunas palabras útiles que pueden resumir una prelectura, lectura y redacción. Dos metodologías ocupan casi toda mi existencia lectora: una enriquecedora y otra deficiente. La serendipia y la procrastinación condensan parte de mi universo lector. La serendipia se define como un hallazgo afortunado, valioso o inesperado que se produce de manera accidental, casual o por el destino. Así me ha sucedido muchas veces con los libros que han llegado a mis manos, recorrer bibliotecas, buscar catálogos, navegar en la red, todos estos momentos me permiten disfrutar y sorprenderme con cada uno de los hallazgos afortunados que me genera la literatura y en general el aprendizaje. Entre más estudiamos, más ignorantes nos sabemos. La procrastinación es una manera de aplazar las cosas importantes por actividades fútiles, que aparentemente no tienen ninguna utilidad. Y eso me sucede con algunos textos fundamentales que se van aplazando en mi biblioteca pero que están ahí como una forma de posponer el placer lector. Sin embargo, en esos intersticios que aparentemente carecen de significación, puede estar Dios. Para mí cualquier consejo que permita mejorar la calidad de interpretación es bienvenido, me parecen muy acertados en la medida en que sistematizan todo proceso lector. Finalmente, por encima de cualquier encuadre, cualquier definición, cualquier método, me parece que lo más importante el goce de la lectura.

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